jueves, 31 de diciembre de 2015

TAG DE LA NAVIDAD + LA FELICIDAD

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Dejamos de temer aquello que hemos aprendido a entender.
-Marie Curie-


Mirad qué cover más bien hecho. Casi es más bonito que la versión original de Passenger. 

Coronas mortuorias de caucho. Con flores estampadas. Neumáticos decorados. Un solo tamaño para todas las penas. La lluvia no puede hacer otra cosa que barnizar más los colores. Una corona de ginestas para convertirse en una corona de girasoles. Todo depende de las atmósferas. Los primeros días se llenan con lágrimas calientes como las bolsas de agua ortopédicas. Más tarde, se llenan simplemente de viento y hacen el mismo efecto. El público, comprendiendo al fin las ventajas de la innovación: menos peso, mayor rendimiento, etc., las emprará bien pronto y tendrá siempre a punto las coronas de sus muertos bien infladas para mejorar la suspensión en los instantes donde el recuerdo de lo ausente provoque un bache mortal. 

-Carles Sindreu-


¿Sabéis qué es vida? Viajar a Las Bahamas, a la cima del Aconcagua, al Machu Picchu, al Grand Canyon, al Ayers Rock, a Cuba, a Honolulu, a los preciosas paisajes escoceses (mirad la foto; es inmenso)... En serio. Si os aburrís en estas vacaciones siempre tendréis cerca el Google Earth, donde podéis ir a donde queráis. Y es gratis. Yo lo hago a menudo. También podéis localizar una vía de tren e ir siguiéndola hasta que os lleve a algún sitio. O lo que sea. Pero el objetivo es sentirte un poco más mundo.

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¡Buenos días!
Prometo que esta entrada intentará ser un poco más corta que la anterior (que hasta me aburrí yo haciéndola). Supongo que esta será la última del año y no, no es especial, ni es diferente, ni he querido hacer algo que le haga honor a este 2015. No es una lista de mis deseos cumplidos y de mis deseos incumplidos, ni es una lista de mis próximos objetivos. Es una entrada normal con la particularidad de que es la última de este 2015.

book

Y empezamos con un TAG de la Navidad. Vale, ya lo sé. Soy consciente de que en las dos últimas publicaciones solo he hecho TAGs y he explicado otras *mierdas*, pero necesitaba hacer alguna entrada sobre la Navidad. Y busqué por ahí y encontré muchos TAGs de la Navidad y me he dado el gusto de elegir el que más me ha gustado, aunque todos son bastante parecidos entre ellos. Así que empiezo. Sin más dilación.

light

1. ¿Te gusta la Navidad?
Sí, me gusta, pero tampoco con exageración. Seguramente esto os parecerá raro, ya que soy la que siempre dice qué tan bonita e inspiradora es esta época, pero si vengo a seros sincera, también debo sincerarme conmigo misma. Me encanta la Navidad, sí, pero tampoco estoy obsesionada con ella. Cuando llega, llega, y lo importante es saber disfrutarla al máximo. Sinceramente, no me emocionan los decorados navideños, ni las luces, ni todo el "envoltorio". Lo que me gusta es el sentimiento que transmite. Yo creo que la Navidad es un estado espiritual que envuelve todo el planeta y une alma con alma; se convierte en el ojo y el pálpito del mundo y, de alguna manera, es lo que pervive. Creo que no importa si somos errantes viajeros, si hemos cambiado de espejos, si hemos fallado y acertado o si se nos ha emblanquecido la alegría: durante la Navidad se extiende un sentimiento fuerte y real que, principalmente, nos dice que no estamos solos y que, por más años que pasen, nunca lo estaremos. Y esto es para mi el llamado "espíritu navideño". Y sí, es verdad, se suma el hecho de que hace frío, estamos de vacaciones y la ilusión llega a las mentes de todo individuo. Y me parece que esto es lo más importante. 
Yo por Navidad (aunque solo por el baile. no tengo jerséis navideños):

Imagen de dance, funny, and carlton


2. ¿Papá Noel o Reyes Magos?
Reyes Magos (5-6 de enero). Claramente. Aquí, en Catalunya, tradicionalmente no se hace el Papá Noel, pero está acabando siendo algo como Halloween, que aunque no sea nuestra costumbre primitiva, se extiende. Aquí, la tradición manda que la noche del 24 de diciembre se haga algo que se llama "cagar el tió", lo que en español sería "cagar el tronco(?)". Durante los días previos a la Navidad los más pequeños dan de comer a un tronco de árbol, que se acostumbra a tapar con una manta (para que no pase frío): le dejan un platito con una fruta o chocolate y el tronco se lo va "comiendo". La noche del 24, como ha estado bien alimentado, los niños de la casa, después de ir a otra habitación a cantar para que el tronco cague más regalos, lo golpean con unos palos y... ¡Sorpresa! Descubren que debajo de la manta se esconden regalos para toda la familia. Qué bonito. Pues bien, yo "cago el tió" y hago los Reyes Magos.  
Os saluda.

3. El regalo más deseado de tu infancia. 
 
Era bastante pequeña cuando quería esto y todavía lo recuerdo. Es que lo veía en todos los catálogos y me hacia mucha ilusión, pero nunca me lo llevaron. Recibí Nenuco aprende a ser peluquera y estuvo muy bien porque podías teñirle el pelo y todo esto, pero yo quería enseñar inglés a mis alumnos. No es lo mismo.


4. Tu mejor recuerdo navideño.
Haber. No se me acude nada. La verdad es que todos mis recuerdos son bastante bonitos y están llenos de ternura: recuerdo perfectamente cómo cantábamos villancicos con toda la familia, cómo disfrutábamos "cagando el tió" y qué tan felices éramos la mañana de Reyes. Aunque sí que hay un recuerdo, que tampoco es el mejor recuerdo navideño, pero sí es bastante divertido. Bueno, tampoco es que sea divertido. Lo dejaremos como un recuerdo de Navidad. En realidad, es un recuerdo de la noche de fin de año. Eran las 23:30h (hará ya unos seis años, pero lo recuerdo perfectamente) cuando, después de cenar, mi familia vio que faltaba media hora para cambiar de año. Sí, fue como si se enterasen en ese momento. Os lo juro. Fueron corriendo hacia la cocina para buscar las uvas y todo este rollo... Y, ¿a que no sabéis qué? ¡No teníamos uvas! ¡Bravo! ¡Nadie había pensado! ¡Hubieran aparecido solas! Pero bueno, mi abuela me dijo tranquila, Diana, que no cunda el pánico, todo es sustituible. En fin, que después de pensar qué podíamos sustituir por las uvas, acabamos haciendo las 12 campanadas con aceitunas. Como lo estáis leyendo. Aceitunas. Claro, si es que son verdes y del mismo tamaño. Fue todo un poco deprimente. 

5.  Decoración: plata y azul u oro y rojo.
Eeehhh, oro y rojo. Pero solo porque son los típicos colores navideños (el azul y el plata me gustan mucho más).

6. ¿Consigues comerte las 12 uvas o te atragantas?
SIEMPRE consigo comerlas. Más bien dicho, no entiendo como hay tanta gente que les cuesta hacerlo y que se les empiezan a caer las uvas por todos lados. Si no es tan complicado. Además, las campanadas tampoco van taaan rápido. Hay tiempo de sobras. Y, para colmo, medio mundo se saca la piel y las pepitas. Comer uvas sin piel y sin pepitas es como comer agua verde. Lo siento. Pierde la esencia. Nadie ha muerto aún por atragantarse con una pepita. 

 Imagen de christmas, snow, and car
7. El mejor dulce navideño. 
Pues, aunque soy más de dulce que de salado, en Navidad solo suelo comer los típicos Ferrero Rocher y esos turrones baratos de Suchard, que son los únicos que me dicen algo. Bueno, y los barquillos, pero no me apasionan. Como uno o dos, como mucho. Sinceramente, ni las trufas, ni la mayoría de bombones, ni los polvorones y ni la gran mayoría de turrones me gustan. 
8.  Comida típica de Navidad en tu casa.
Bueno, pues supongo que la típica comida navideña en Catalunya. En mi familia, como de "entrante" hacemos un pica-pica con muchas cosas. De primero, "sopa de galets", que vendría a ser algo así como esto:
 

Y, de segundo, lo típico es que haya carne. Ay, mierda. No recuerdo cuál... Creo que pavo. Es que al ser vegetariana ni me fijé. Y podríais preguntaros qué comí si la "sopa de galets" lleva albóndigas y si el pavo continua siendo un animal asesinado. Pues bueno. Mi madre, que cocina muy bien (yo no. lo juro. no sé ni hacer un huevo frito porque siempre se me rompe la yema) me hizo "sopa de galets" pero con caldo vegetal y las albóndigas eran de tofu (que acabaron desintegradas por todo el caldo, pero bueno). Y de segundo mi abuela me hizo lasaña de verduras. Buenísima. El postre supongo que es igual para todos: turrones, polvorones, mazapanes y toda clase de manjares hipercalóricos y nada sanos. No sé en vuestras casas, pero en la mía nos pasamos como cuatro días comiendo mucho siempre hasta el punto en que el quinto día estás feliz porque por fin comerás verdura o yo qué sé, algo normal. Creo que pasa bastante en todas las casas. Pues bien, este año, yo, Diana, la lista, me he pasado los cuatro días solo almorzando. Ni cenaba, ni desayunaba. Así llegaba mediodía y tenía hambre y podía hartarme porque pasarían 24h antes de que volviese a comer. Y, sinceramente, no he muerto de hambre en ningún momento.

9. ¿Prefieres regalar o que te regalen? 
Vale, voy a ser sincera: ABRIR UN REGALO Y ENCONTRAR ESO QUE QUERÍAS ES MARAVILLOSO y quien diga lo contrario miente. Podemos sacarnos las modestias: a todo el mundo le hace mucha ilusión abrir un regalo. Pero sí, es verdad: regalar llena más. Pero solo si es algo que tu has hecho, que tu te has currado o si ves que has escogido el regalo perfecto para la otra persona. Porque claro, nadie sería feliz dando sin recibir. Es como una compensación. Si das y recibes, ves que eres más feliz dando porque, cuando alegras el día de un ser querido, también estás alegrando el tuyo. Supongo que sí, que es más bonito dar (porque notas la ilusión en el rostro del otro, y esto te llena de autosatisfacción), pero también nos gusta recibir. No dejamos de ser pretenciosos. Yo prefiero hacer algo con mucho amor y darlo, pero no niego que también me alegra abrir un regalo.

 Imagen de christmas, winter, and fire

10. ¿Alguna vez te dejaron carbón los Reyes Magos?
Obviamente, pero no le hacía caso. Es decir, si ves un poco de carbón al lado de unos Playmobils gigantescos y muchos otros regalos, no te quedarás con la idea del carbón. Es contradictorio. Como dibujar un árbol en una hoja de papel.

 flowers


Y ahora, para despedirme de aquí a la próxima entrada, que subiré en un espacio-tiempo dentro del 2016, voy a dejaros, muy resumidamente, las que para mi son las 4 reglas básicas de la felicidad (y no, no os penséis que las he pensado yo, no. las leí en no sé cual libro y me las apunté). Creo que, aunque sin considerar que estas son la base de una vida feliz, siempre pueden ser aplicadas, en todos los términos y sin distinción de persona. Son muy simples. Yo me he dado cuenta de que no cumplo ninguna. Quizá vuestro cerebro las reprima porque, ¿a quien le gusta oír la verdad? Pero os animo a pensar en ellas a fondo, y a extraer vuestras propias conclusiones. Al fin y al cabo, solo vosotros podréis juzgaros.  

(no leí el libro donde estaban estas reglas básicas, pero sé cual es, por si a alguien le interesa: "los cuatro acuerdos" de Miguel Ruiz)
  1. Darlo todo para extraer los mejores resultados. Hablando desde mi punto de vista: no acostumbro a darlo todo, y no creo que nadie que esté leyendo esto lo dé siempre todo en todo lo que hace. Sí, podemos esforzarnos en lo que hacemos, pero muchas veces (por miedo, por rendición) no llegamos a explorar nuestros supuestos límites. Quizá pensamos que no se puede ir más allá y, justamente en ese momento es cuando uno puede pasar a la acción e ir más allá, pero uno no lo hace. La mente humana es un misterio. Darlo todo en todo lo que hagamos... Parece muy fácil pero, si lo aplicamos a la realidad, más de uno encontrará baches en esta regla tan general.
  2. No hacer suposiciones. Esto es tan simple que nadie lo tiene en cuenta. ¿Cuántos de tus pensamientos sobre otras personas, situaciones o cosas se deben a las suposiciones? ¿Eres consciente de las implicaciones que éstas pueden tener en tu vida? Suponer es algo que hacemos con mucha frecuencia. Tendemos a hacer suposiciones sobre casi todo a lo largo de nuestra vida. Y aun teniendo la oportunidad de saber lo que ocurre en realidad, muchas veces damos por ciertas determinadas suposiciones, sin estar lo suficientemente contrastadas y comprobadas, adquiriendo éstas una categoría de verdad absoluta. El problema de todo esto se encuentra, por lo tanto, en que hacemos esas suposiciones como reales y podemos llegar a crear un drama de una idea errónea. ¿Y por qué suponemos? Porque nuestro subconsciente necesita respuestas a determinadas preguntas y, a falta de información, especulamos. Especulando podemos llegar a formar nuestra vida sobre unos pilares de cristal, un mundo incierto y mentiroso, donde el primero que sufrirás serás tu mismo. ¡Paremos de haer suposiciones ya! (pero es difícil. prácticamente lo hacemos cada día). Y aquí encajaría muy bien esta frase de Buda: ni tu peor enemigo puede hacerte tanto daño como tus propios pensamientos.
  3. Tener un lenguaje impecable. Aunque a primera vista pueda parecer una tontería, esta categoría engloba muchos conceptos importantes. Los seres humanos somos la única especie en tener un lenguaje tan rico y complejo, capaz de transmitir un sinnúmero de ideas y emociones, con sus tonos y matices. Es, sin embargo, el lenguaje un arma de doble filo: tanto podemos crear, construir y demostrar afecto a través de las palabras, como podemos destruir, envenenar y afectar a las personas a través de un lenguaje pobre o negativoSer impecable con las palabras considero que también implica tolerar las palabras de los otros. No es fácil, esta categoría. De hecho, muchos la traicionan cada vez que abren la boca. Pero debemos aprender a ser escrupulosos, a tener un buen lenguaje y a saber decir. Si no sabemos hablar, lo tenemos crudo.
  4. No tomarse nada personalmente.  Es fácil entender esta categoría, pero llevarla a la práctica, y llevarla bien, es casi un fin imposible. Soy la primera que acaba creyendo más en lo que dicen los otros que en lo que dice ella misma. Soy la primera que se basa y se juzga, muchas veces, según lo que los demás opinan sobre ella. Soy la primera que se toma demasiado en serio las críticas de la gente. Soy la primera que no entiendo lo que parece ser tan simple: que en mi vida solo existo yo y que debo vivir tal como dicte mi ser. Es muy difícil vivir totalmente al margen de las opiniones de los demás; quizá hasta se pueden aceptar las críticas constructivas, pero debes alzar un escudo cuando esas críticas empiezan a herirte. Yo a esto de depender de los otros le llamo La enfermedad de la Adicción. ¿Y qué se puede hacer para que no te importen las opiniones de los otros? Tener confianza y saber creer en uno mismo. Se necesita un mecanismo bien lubricado y mucha fuerza interior para cambiar esta situación, pero también se necesita tener las ideas claras. <<En resumen, el principal síntoma de la enfermedad de la adicción que debemos reconocer es el deseo de intangibles como la afirmación y validación de los demás con el fin de conservar la valía de nuestro yo y el prestigio a ojos de los demás. La enfermedad es el sentimiento de "temor" a que te nieguen estos intangibles y a que tu prestigio pueda derrumbarse. La "creencia viral" es "tengo que adquirir". La comprensión es que, mientras que tu cuerpo tiene necesidades, nosotros/tú/yo no necesitamos nada en definitiva. La verdad es que ya tenemos todo lo que necesitamos en "el yo", en nuestra consciencia.>> Y, a la vez, debes respetar, cuidar y celebrar la existencia de los demás. Resumiendo: uno debe aprender a ver que está formado por su parte palpable, física, real, esa que tiene una forma y un color y por su parte espiritual, abstracta, infinita. Pero a menudo olvidamos que en el centro de la mayoría de caminos de sabiduría y enseñanza espirituales hay una verdad básica que cualquiera puede comprender: tú eres el ser de conciencia sin forma que da vida a la forma de tu cuerpo físico. Depende de si comprendes que TÚ no eres tu IMAGEN CORPORAL. Eso es todo. Aplicarlo como queráis, pero el primer paso para no dejar que la opinión de los otros te afecte, es teniendo muy claro quien en realidad eres. Si tú sabes amarte, no te importarán las habladurías de los otros. Mirad, Woody Allen dijo una vez que no conocía la clave del éxito, pero conocía la clave del fracaso, y esta era intentar complacer a todo el mundo. Es que si vives para agradar a los demás, todos te amarán, excepto tú mismo. 
2016

¡OS DESEO UN FELIZ AÑO 2016!
(y, espero que os comáis todas las uvas, por favor)

Pensad que mañana será un día más, pero es un buen día para cambiar algo que no te guste: ya sea tu imagen, ya sea tu forma de vida, ya sea cualquier cosa. Yo me he propuesto un reto este 2016 (o al menos, me he propuesto intentarlo). Es la oportunidad perfecta para hacer borrón y cuenta nueva y para plantearos cómo sois y cómo queréis llegar ser. 

Os deseo toda la suerte del mundo.
Con cariño,
Diana.

domingo, 20 de diciembre de 2015

HOY ES HOY Y MAÑANA TAMBIÉN + 20 CANCIONES

¿Soy la única que cuando se pinta las uñas no le duran más de pocos minutos? ¿Soy la única que se las pinta con parkinson, encuentra mil cosas mejor a hacer después y se las acaba estropeando? Es que es imposible hacerlo bien. Imposible. No sé como la gente puede dibujarse Papás Noel en un trocito de uña y yo no soy ni capaz de pintármelas de un solo color. Hasta cuando parece que todo va bien, que por fin me ha salido como debería, hasta cuando las miro y pienso oh, que obra de arte, hasta cuando pasa esto, no sé cómo, ni por qué, siempre se acaban estropeando. Siempre. POR QUÉ ES TAN COMPLICADO.

Vaya manera de empezar una entrada. Olé, Diana.


CORTOS BASTANTE BONITOS Y REALES QUE OS DEJO POR AQUÍ POR SI QUERÉIS VERLOS












(y por cierto, he visto la segundo de Sinsajo. es buenísima. aquí lo dejo)
(y el otro día fui a ver El puente de los espías, la nueva de Steven Spielberg. Es muy buena. A parte del gran argumento y su trasfondo, enriquece mucho históricamente hablando. Toda la película gira en torno de Tom Hanks y él hace un muy buen papel)
(Y también fui a ver esa de 8 apellidos catalanes. Lo curioso es que soy una de esas pocas personas que no ha visto la primera. Es muy y muy mala, pero hace reír a ratos)

ESTÁS A PUNTO DE LEER UNA DE ESAS ENTRADAS LARGAS CON LAS QUE PUEDES LLEGAR A PERDER BASTANTES MINUTOS QUE PODRÍAS ESTAR APROVECHANDO HACIENDO OTRAS COSAS. YO QUIERO QUE LA LEAS, CLARO. PERO TE ADVIERTO. PUEDES TOMÁRTELO CON CALMA.
Lo que pasa es que, como estoy un trimestre sin subir nada, se me acumulan las cosas a contar. Y ahora siento que debo decir mucho. Esto es algo así como una entrada interactiva. Más o menos, a cada párrafo os hablo de un tema diferente. Más o menos. Por eso podéis iros saltándoos partes y leyéndoos las que queráis.



Un trimestre ha pasado
desde la (pen)última entrada hasta hoy
y no puedo disculparme
por ser un poco vaga.

A mi me gusta esto
y sí que es verdad que no existe la falta de tiempo,
sino la falta de interés,
aunque supongo que todo es relativo.

Nunca he escrito un soneto,
pero me parece que ya acaba,
y como no soy tan genio como Góngora ni sigo ninguna regla métrica,

vamos a dejarlo aquí,
donde empieza el segundo terceto
y se va.

¡Bienvenidos! ¡Felicidades a quienes cumplan hoy años! ¡Buscad buscar!

(recibí bastantes comentarios en la otra entrada y algunos de ellos muy bonitos, demasiado bonitos. también subimos como unos 10 seguidores. ahora ya sé por qué Blogger va lleno de TAGs por todos lados. aunque hoy he visto que somos diez seguidores menos. pero he investigado unos minutos y he visto que es un fallo general del gadget de seguidores que está fallando en todos los blogs y hace bajar el número de seguidores. si es que, repito como repito siempre, Blogger es una plataforma súper moderna e innovadora)



El último capítulo de nuestro cuento merece ser decido como el fin de una estirpe: las estirpe de los libres. Porque los que creemos que se puede hablar integradamente de las estrellas, de la tierra, de los animales y del hombre, sabemos que un día volveremos a charlar en las infinitas y eternamente floridas praderas de los cielos.

girl

Tenemos memoria, tenemos amigos,
tenemos los trenes, las risas, los bares, tenemos la duda y la fe, sumo y sigo.

Tenemos amores que matan,
silencio, tabaco, razones,
tenemos Venecia, tenemos Manhattan,
tenemos cenizas de revoluciones.

Tenemos la boca, tenemos los dientes.

Tenemos el sexo y el rock y la droga,
los pies en el barrio y el grito en el cielo.

Tenemos un as escondido en la manga,
tenemos nostalgia, piedad.

Tenemos el morbo, los celos, la sangre,
tenemos la niebla metida en los huesos.

Tenemos el mal de la melancolía,
el ruido y las nueces.

Tenemos proyectos que se marchitaron,
crímenes perfectos que no cometimos.

Tenemos naufragios soñados en playas 
de islotes sin nombre ni ley ni rutina.

Más de cien palabras, más de cien motivos,
para no cortarse de un tajo las venas,
más de cien pupilas donde vernos vivos,
más de cien mentiras,
que valen la pena.

(Sabina - Más de cien mentiras)

Imagen de flowers, sea, and ocean

Me estoy dando cuenta de que es muy fácil hablar sobre los otros y contar a todo el mundo sus defectos y sus rarezas. Quizá solo lo hacemos porque queremos sentirnos bien, porque es mucho más complicado mirarse a uno mismo y ver todas aquellas cosas que no le gustan. Llevo mucho tiempo (mucho, muchísimo) huyendo. Y no, no huyo del pasado. No huyo de la vida. No huyo de la diversión ni de la alegría. Me estoy dando cuenta de que, en realidad, huyo de mi. No, no reprimo lo que me gusta ni dejo de expresar mis opiniones solo por ser diferentes a las de los demás. No huyo de mi voz ni de mis palabras. Huyo de mi esencia, de lo que realmente soy. Hablo mucho del no ser moldeado por la sociedad, pero soy la primera que se moldea. Hablo mucho sobre tener libertad de pensamiento, por soy la primera que la reprime. Hablo mucho de hacer cosas y de viajar mucho, pero soy la primera que no le pongo ganas. Hablo mucho de cambiar el mundo y de buscar alternativas, pero soy la primera que cierra las puertas entreabiertas. Hablo mucho sobre la espontaneidad, pero soy la primera que esconde sus primeros impulsos. Me traiciono y me decepciono a menudo. Esto estoy intentando cambiar, pero no es fácil, no lo es. Soy un nervio. Así de simple. Soy un nervio. Y, además, tengo tanto miedo. Hay cuatro cosas que cambiaría de mi: la dependencia que cojo rápidamente a las personas y a las cosas, el miedo que me invade cada vez que me planteo algo, la vergüenza (podría afirmar que puedo contar con los dedos de la mano a aquellas personas con las que solo me siento yo y puedo estar con ellas sin que el gen vergonzoso que circula por mis células se haga presente) y las dudas constantes, esos huracanas que gritan en mi interior, llenos de vacío. Es extraño. Antes siempre tenía las cosas claras y sabía qué quería. Pero sé que todo cambia, todo pasa y nada es para siempre. Ojalá pudiera reconvertirme con un simple chasquido de dedos y pronunciando cuatro palabras mágicas, pero no puedo. Necesito un cambio que venga desde lo más profundo de mi alma. Y sí, sé que depende absolutamente de mi... Este es el problema. No se me da bien asumir nada.


He rechazado cosas y personas solo porque los otros (y yo misma) no viesen que realmente las quería.

Imagen de quote, grunge, and change

¿Que qué es de mi vida? Me va bien. Cada vez duermo menos y cada vez me pongo más nerviosa por las noches. Estoy sacando buenas notas y admito que estudio. El instituto y la música me están quitando mucho tiempo. Me gusta mi instituto porque me gusta la gente con la que voy, pero no me gusta mucho el sistema general de este, su método. Es verdad, exige nivel y tiene profesores que valen oro (y no porque sean majísimos): son buenos en lo que hacen y punto. Como la de castellano o el de sociales o la de catalán. Se les ve una envidiable profesionalidad. Quiero remarcar que llevamos como dos meses haciendo exámenes TODAS las semanas, hasta en esta última. Y que nos leemos unos nueve libros de lectura por trimestre (y algunos son bastante malos, aunque también suben bastante la nota final). Que mandan muchos deberes y que hay veces en las que quieres mandar la biología a la m*****. En serio, si no estudias en biología suspendes. Esos exámenes son imposibles. El tiempo que uno pasa estudiando biología es directamente proporcional al tiempo que una pasa estudiando todas las otras materias. ¡Es para volverse loco! Bueno, que yo pertenezco a ese extraño colectivo que encuentra una diferencia entre segundo y tercero de la ESO. Y este año hacemos una nueva asignatura que seguramente vosotros también haréis, no sé como funciona la educación en el resto de España: ética. Y en muchos centros miran películas y hacen obras de teatro. Suerte que en el mío nos ha tocado una profe bastante buena que nos da, principalmente, filosofía. Y me encanta. Primero, no se hacen exámenes. Segundo, disfruto haciendo los deberes que nos manda: quiere que expresemos qué sentimos, qué cambiaríamos, qué reivindicamos. Pone carteles en las clases con preguntas como ¿Por qué estás aquí? y nos enseña a tener voz interior y a evaluarnos a nosotros mismos, como personas. Bueno, que es una de las clases más esperadas de la semana. Y siento que estoy aprendiendo bastante, que estoy pensando y llegando a conclusiones. Que no me limito a una sola respuesta y busco otras más efectivas. Me ayuda a tener confianza, sinceramente. Expresar lo que uno piensa sin miedo es una liberación emocional. El único problema es que escribir las redacciones de ética saca tanto de mi que después ya me quedo sin ganas de escribir, sinceramente. Es como si me quitara el ansia. Y entonces no escribo nada para mi, algo personal. No sé. Ahora, por ejemplo, me gustaría explicaros por qué creo que la especie actual humana no es la más avanzada e inteligente que ha habido nunca, pero no tengo ganas. Estoy como aturdida de hacer reflexiones... No sé. Dejadme. Me da la sensación que estoy cambiando mucho (emocionalmente) en muy poco tiempo y hasta a mi me cuesta saber cómo soy. Además, ha pasado mucho tiempo desde la última entrada, y si tengo que explicaros todo lo que he hecho y aprendido... No acabaríamos. Porque también estoy aprendiendo cosas. La clave es saber informarse.


Cuanto más atrás puedas mirar, más adelante verás.

(estuve bastante tiempo dándole vueltas a esta frase de Winston Churchill)


Ahora pasamos a la parte en que os digo las tres cosas principales generales que no me gustan de los institutos:

  1. Nos enseñan a creer en las notas, y no en nosotros mismos. Somos un 6 o un 8 o un 10, allí. No nos miden como personas. Esos números son los que nos definen. Y, en realidad, la inteligencia es subjetiva. Uno no es tonto por sacar malas notas ni es listo por sacar buenas notas. No creo esto. Lo que pasa es que muchos (a veces podría incluirme) acaban confundiendo conceptos y se dedican demasiado a hacer el trabajo que se manda desde la escuela, porque es lo que desde pequeños le han inculcado. Si no estudiamos, no tendremos trabajo... Todas esta mentira. La inteligencia no puede medirse por las calificaciones. La vida de una persona no es una nota. La escuela usa métodos planificados y no deja paso a la imaginación o a la sorpresa. Seguir un libro es como seguir una pauta.
  2. Los profesores no entienden que a veces hay alumnos más listos que ellos. Ellos dirían que no, pero algunos no nos ven como personas con capacidad para razonar. Lo que critico es la falta de humanidad y de empatía de estos. A veces nos tratan como niños, como si ellos supiesen el secreto de la vida y nosotros no, o algo por el estilo.
  3. El instituto no creo que impulse el crecimiento de los alumnos buenos. Es decir, existen aquellos que quieren llevarlo todo al día, que creo que son una mayoría, y esa minoría que no hace nada porque nada le importa. Pues bueno. Haber. La gente que no hace nada no lo hará, será su problema. Y, en cambio, los que quieren hacer y aprender, se pasan muchas tardes estudiando y trabajando que podrían pasarse haciendo cosas que les proporcionasen más futuro. No sé si me entendéis. Este vídeo podría explicarlo mejor.


Y con la música no es que me vaya muy bien. Bueno, asignaturas como guitarra, informática, piano a cuatro manos/improvisación y coral me van bien. Lenguaje no. NO. Casi suspendo. Casi. Y piano me va bastante aceptable. Mi profe me exige bastante pero después me gustan los resultados. A mi me pasa una cosa cuando toco en público, cuando sé que no seré la única persona que me oirá interpretando a Bach o a cualquier otro. Me pongo tan nerviosa que empiezo a temblar, pero muy violentamente. Y no puedo parar, vale. Estoy con las manos sacudiéndose en las teclas y no me pueden parar de temblar. Supongo que sabréis que hacer la digestión es una función involuntaria del cuerpo y no podemos evitar el proceso: pues lo mismo me pasa a mi cuando me pongo nerviosa y me toca tocar en público. En teoría yo domino al piano, pero no, él me domina. Y esto es un problema. ¿De qué sirve hacer algo bien en casa si, a la hora de la verdad, no puedes hacerlo cuando alguien te mira? ¿De qué sirve? (de nada). Y no importa si me miras, si me escuchas, si me lo que sea. Si sé que alguien más puede escucharme, y no tengo confianza con el sujeto, tiemblo. Ya sé que me pasa por tener una vergüenza de gigante. Muchas veces creo y pienso que se me están escapando muchas cosas y oportunidades por culpa de mi timidez. Pero me cuesta, ¿sabéis? Me cuesta. No solo sale cuando toco el piano: sale cuando debo enseñar a un público algo mío, que yo me he currado. Esto me demuestra que mi autocontrol es una mierda y que me baso y actúo de acuerdo con las opiniones de los otros, y continuamente. No es fácil. No lo es. La vergüenza es mi punto débil, mi diana. Vivo tanto dependiendo de los otros que a veces hasta me cuesta reconocerme en aquellas cosas que he hecho, en aquellas en que, en teoría, he dejado un sello personal. 
Cada vez estoy más convencida que para tener éxito se necesitan dos cosas: talento y saber crear. Si uno tiene talento pero se dedica a tocar lo que miles de artistas han tocado ya, no tendrá éxito. Si uno es bueno y sabe componer temas nuevos y gustar a la gente, tiene alguna oportunidad para llegar a lo más alto. Crear es la solución. Crear. Crear. Crear. Aunque queme. Creando te defines. 
Creo que para conseguir el éxito en algo, primero de todo, uno debe ver con qué destaca. Que se le de bien pero, a la vez, que le guste. Porque uno no será un gran violinista si su arte es el de las palabras. No podemos pretender ser los mejores en algo que no nos gusta, porque para ser el mejor se debe tener interés. Cuando uno ve en qué es bueno, debe aprovecharlo. De él depende lo que vendrá después. De su esfuerzo, de su tiempo y de sus ganas, sobretodo. Si eres bueno en algo, hazlo. Si naces con una cualidad o un don, aprovéchalo. El mundo necesita tu cerebro. Cuando uno aprende a saber ser el mejor, debe pasarse años y años practicando. Mi padre me contó la historia de un golfista que no era el mejor del mundo porque le fallaba un tiro desde un ángulo bastante preciso, y eso siempre le dejaba en la segundo posición. Pues bien, se paso un año entero practicando solo ese tiro. Un año. Muchas horas todos los días, se ponía en esa posición y le daba a la bola cientos de miles de veces, hasta que su cerebro acabó sabiéndose los movimientos y la fuerza precisa para ejecutar el disparo. Y claro, consiguió ser el mejor del mundo. Aunque nosotros no nos podemos ni imaginar qué sacrificios se hacen para ser el mejor en algo, para poder destacar. Toda la fuerza interior que hay detrás de un título. Todo. Así que si eres bueno en algo, haz que tu genialidad aflore. Que la vida son dos días, y que si te distraes, cuando ves lo que tendrías que haber hecho ya es demasiado tarde. 

La gente joven está convencida de que posee la verdad. Desgraciadamente, cuando logran imponerla ya ni son jóvenes ni es verdad.
- Jaume Perich - 


Imagen de film, gryffindor, and ron weasley

Navidad... Navidad... Navidad... 
No sé, llevo una obsesión con estas fechas bastante grande. Muchos ya lo sabréis de otros años. 
Ya estamos en aquella época donde las personas fingen compartir felicidad, donde cantan y encienden luces por toda la ciudad, donde intentan reparar errores con regalos y tratan de cumplir cada promesa que hicieron al comenzar el año. Estamos en la época donde los recuerdos hacen su gran aparición y se encargan de destruirnos más de lo que ya estamos. Y es así.
Estas Navidades me estoy dando cuenta de todo aquello que he perdido para no perder el orgullo y de todas esas personas que se han ido de mi vida siendo unos pilares importantes, y de su abandono y de mi agonía. Porque todos, todos, hemos dejado pasar oportunidades irrepetibles porque no queríamos vender nuestro orgullo al diablo y porque teníamos miedo de una reacción negativa. ¿Por qué tenemos tanto miedo siempre? ¿Por qué es tan difícil vivir al margen de todo aquello que la sociedad nos establece como bueno o correcto? Me he dado cuenta de que en mi vida he perdido a muchas, muchas personas que quería con toda mi alma y que supusieron para mi algo importante, y las he perdido por miedo y por orgullo. El miedo es un ladrón de vidas y de opciones. Si vives con miedo no vivirás nunca plenamente, porque el miedo limita. Si vives con orgullo, no podrás demostrarle a alguien cuanto le aprecias o, simplemente, no podrás reconocer tus propios errores. Vivir con estas dos incongruencias es ser esclavo de uno mismo, y esto crea un vacío que acaba pesando mucho. Yo, personalmente, no puedo ser libre. Puedo sentirme libre a ratos y a momentos, pero no tengo las herramientas consolidadas para poder decir que soy la dueña de mi vida. No es así. Nunca digo a nadie lo importante que es para mi, no acostumbro a demostrar cariño y me convenzo a mi misma, día tras día, de que es mejor mantenerse al margen de los sentimientos, porque si quieres ser inteligente, no podrás ser emocional. Y si eres emocional, no puedes ser inteligente. 
Así que qué importa. ¿Por qué callarnos lo que sentimos y por qué no decir bien alto y fuerte qué queremos? Estoy segura, segurísima, que todos y cada uno de nosotros podríamos quitarnos esta capa de orgullo y temores (que creemos que nos protege, pero no hace más que dañarnos) y decir a esa persona que la queremos, o demostrarnos a nosotros mismos que desde la humildad se pueden conseguir grandes cambios o ver, de una vez por todas, que empiezas a vivir para ti cuando no dependes de nadie. ¿Por qué nos cuestan las declaraciones de amor universal, por qué callamos lo que pensamos? Todos los que leéis esto, muchas veces (y puedo asegurarlo), habéis tirado la toalla mucho antes de intentar algo. También, seguro, que muchos de vosotros no habéis demostrado lo que sentíais hacia algo o alguien. Me incluyo totalmente en esto.
Soy el vivo ejemplo de una chica que lleva encima una máscara, y ella cree que la define. Pero no es así. Está llena de orgullo, de pocas ganas de afrentar la verdad, de cobardía y de miedo. Está hecha de limitaciones, de errores, de privaciones. Está hecha de cenizas. Está muerta. 
Deberíamos cambiar este egoísmo. Deberíamos pensar más en qué queremos y demostrar a aquellos que queremos con qué intensidad lo hacemos. No importa si corresponden a la llamada del amor o de la amistad o de la buena fe. No importa. Porque en el momento en que decidas que vas a actuar de acuerdo con tus sentimientos y con aquello en lo que crees, en ese momento, no habrá ninguna opinión externa que podrá derrumbarte. Así que a pensar menos, y a sentir mejor.



Seguramente haré una entrada típica de Mis regalos navideños a mediados de enero porque estas entradas gustan a todo el mundo. 

Os dejo casi el mejor villancico del mundo. Como regalo.



Los hombres construimos demasiados muros y no suficientes puentes.
- Isaac Newton -


Imagen de nature, mountains, and road


Y bueno, quería hacer una rápida mención a un tema antes de pasar a a la otra parte de la entrada. Como sabréis (seguramente), me he roto bastantes ligamientos al largo de mi vida. Me he esquinzado buena parte de ellos. Digamos que cuando caigo haciendo deporte, lo hago bien. Solo diré que ya me he sometido a dos operaciones porque me tenían que arreglar algo; que aunque de pequeña me había lesionado algunas veces, las fuertes vinieron después. Llevo dos años sin poder jugar al baloncesto. Ya no recuerdo qué era correr en una pista ni votar una pelota. Y dejo de lado las operaciones, porque los días posteriores a ellas me daba asco a yo misma. Os lo juro. Es posible que nunca hagáis sentido lo que yo sentí cuando no podía controlar mi propio cuerpo. Es algo que nunca olvidaré. Lo pasas fatal, en todos los sentidos de la expresión. Pero bueno, supongo que de todo se aprende. Toda esta introducción es para deciros que yo antes creía que era inmortal, que mi cuerpo era infalible y nada podía pararme. Pero cuando uno se rompe algo, empieza a ser consciente de la fragilidad e inestabilidad de su propio cuerpo. Empieza a ver que es de carne y huesos, y que si cae se hace daño y que los cuchillos provocan sangre. Que se debe vivir al límite, pero vigilando. Porque sí, es verdad, el cuerpo de alguien no es tan importante, pero es la única coraza que tenemos encarada al mundo de afuera, y debemos mantenerla porque, además de ser un privilegio, nos define. Al ser consciente de cómo era realmente un cuerpo, he sido consciente de otras cosas. Cada vez creo más en que nuestra misión principal a la Tierra es dejar descendencia, en que la vitamina D nos nutre pero no nos sustenta el alma. Que somos palpables, reales, que morimos y que no volvemos a ser. No somos irrompibles. La principal función de la especie humana es reproducirse, y esta realidad es así. No hay armas para esta batalla. Y cuando más creo que los seres humanos somos criaturas destinadas a la nada con un solo propósito real durante la vida, más creo en la parte espiritual de todo individuo. 

quote


Y ahora empiezo la segunda parte de la entrada. Quizá os la habéis saltado toda para llegar hasta aquí. Quizá la habéis ido leyendo a trozos. Quién sabe... Larga es, ¿eh? Creo que debería hacerlas más cortas. En fin, seguimos con...


He visto que muchas Bloggers están haciendo este TAG y que es bastante interesante porque conoces más de sus gustos musicales y me he dicho... Vamos, Diana, ¿por qué no? Te pasas el día escuchando Sabina pero en realidad conoces muchos otros artistas buenos que te transmiten buenas sensaciones.
En realidad, no hablo conmigo misma.
Pero ha ido así. Bueno, el funcionamiento del TAG es bastante fácil, que digamos. Yo debo decir una o dos canciones por cada categoría y explicar un poco por qué las he elegido. Nada del otro mundo. Vamos a empezar...

ADVERTENCIA
Mis gustos musicales son bastantes normales y la gran mayoría de canciones son acústicas. Tampoco es que haya mucha variedad. Me abstengo de poner música clásica u ópera en este TAG. 


1. CANCIÓN FAVORITA

Como es bastante tarde y estoy de bastante buen humor porque es Navidad, voy a confesar algo. Seguro que muchos de vosotros escucháis música de algún artista y solo vuestros mejores amigos lo saben, porque para ti este artista es tan tuyo que quieres como "conservarlo". Pues bueno. Nunca he admitido delante de un público tan grande que me encanta este hombre, y quizá lo encontráis un poco exagerado, pero me da un poco de respeto escribir su nombre y hacer pública esta entrada. Pero en mi nueva vida de voyamostrarmetalycomosoy él está muy presente. Primero, no lo conoceréis porque 1) es catalán y 2) ni en Catalunya muchos lo conocen :) Y segundo, es posible que no os guste porque seguramente ni entendéis la letra. Algunos encontraran esta opción un poco ridícula, pero es lo que es. Y, además, me estoy saltando todas las reglas de este TAG porque no es una canción, es un artista. 
Se llama Joan Dausà. Es catalán. Y lo que más me gusta de él son las letras de sus canciones. 
Quizá no lo apreciaría como lo aprecio si no lo estuviese escuchando desde pequeña, cuando mi padre me ponía sus canciones en el coche. A la Diana de 10 años le encantaba. Así que en este apartado encaja él. 
(también está que no he sido capaz de escoger alguna canción suya, así que voy a poner la que actualmente es mi favorita, aunque esto cambia)




No es que sus canciones sean mis súper favoritas. Es más el hecho de quien es él y de lo importante que ha sido en el transcurso de mi vida. Es escuchar cualquier canción suya y que me vengan un montón de recuerdos a la cabeza. Muchos...


2. CANCIÓN QUE ODIAS

Odio el Reggaeton y otros estilos que se le parezcan. 
Los odio mucho, pero también odio mucho esta canción (confieso que la primera vez que la escuché no la encontré tan mala).




ES QUE SE PASA MEDIA HORA REPITIENDO EL ESTRIBILLO. QUÉ ES ESTO.


3. CANCIÓN QUE TE PONE TRISTE

Pasenger es uno de mis grupos favoritos y muchas de sus canciones me ponen tristes. La guitarra, su voz, el ambiente mágico... Pueden conmigo. Aunque supongo que acabo escogiendo la preciosa canción de Golden Leaves. Me pone bastante triste. La culpa la tienen los acordes de la guitarra y la letra de la canción, que dice bastante. 




4. CANCIÓN QUE TE RECUERDA A ALGUIEN

Esta canción podría estar también en el puesto 1 y 3. Me pone triste porque me recuerda a una persona. Era la canción favorita de una amiga mía. Y la canción dice cosas tan bellas y tiene una letra tan bonita y primaveral que enamora y le hace honor.
Creo que nuestra profesora de música nos dijo que el cantante murió por obesidad: su propio peso acabó aplastándole el corazón.




5. CANCIÓN QUE TE PONGA FELIZ

Hay muchas canciones que me ponen feliz. Prácticamente la gran mayoría. En realidad, es la música quien me hace feliz. Pero hay dos canciones que considero que inciden con un ritmo especial en mi. Que siempre me ponen de buen humor, con las que acabo tarareando la letra y que, además, me hacen pensar de manera positiva sobre el futuro y todo lo que me espera. Son de aquellas que, cuando las escuchas, te imaginas una gran carretera delante tuyo en la que no ves los kilómetros, solo lo mucho que vas a disfrutar de los místicos paisajes. 



Esta segura que la conocéis porque la gran mayoría habréis visto Boyhood.



Y quien no conoce a Lennon. Por favor.


6. CANCIÓN QUE TE RECUERDE A UN MOMENTO ESPECÍFICO

Aquí también he podido poner dos porque con una me quedaba corta. En realidad, este TAG no tiene mucho sentido, porque muchas de las canciones que he dicho antes también podrían encontrarse en este grupo, pero bueno.

La primera me recuerda al verano, porque me obsesioné bastante con ella. Me transporta a las tardes con mis amigas, cuando éramos muy felices y parecíamos libres.




Y la segunda también me transporta al verano, pero en una parte del verano que no fue muy agradable. En realidad, la letra no tiene nada que ver con lo que pasó, pero cuando recibí la noticia recuerdo que estaba enganchada a esta canción y es la que me puse en modo repetición aquella noche hasta las tantas. 
De hecho, esta canción me transporta a unos días tan tristes que ni puedo escucharla.





7. CANCIÓN DE LA QUE TE SABES LA LETRA

Me gusta mucho Sabina. De hecho, con Sabina me pasó algo así como con Dausà. Empecé a escucharlo desde muy pequeña. Yo tenía unos seis o siete años y mi padre se compró un mp3. Recuerdo perfectamente como siempre lo guardaba en su mesita de noche y yo, por las tardes, lo cogía, me estiraba en la cama y me podía pasar horas escuchando a Sabina o The King (Bruce Springsteen), los dos únicos artistas que tenía. Y no sé, Joaquín prevaleció. Mi abuelo también me lo ponía. 
Así que a día de hoy, a parte de gustarme, me sé la mayoría de sus canciones (al menos las más conocidas). 
Quiero destacar que las canciones de Sabina son preciosas. Sus letras, sobretodo. Son poesía.
No podría elegir alguna... Os dejo tres. Dos son pocas.
(por cierto, al principio de la entrada hay trozos de Más de cien mentiras, que es de él)








(mucha gente no entiendo como puede gustarme alguien como Sabina)


8. UNA CANCIÓN QUE TE HAGA BAILAR

Pues bien... QUÉ CLASE DE PERSONA NO BAILA CUANDO SUENA QUEEN Y ALGO TAN ÉPICO COMO I WANT TO BREAK FREE.




9. UNA CANCIÓN QUE TE AYUDE A DORMIR.

Bueno, sinceramente... No acostumbro a dormirme escuchando ninguna canción ni me pongo música para dormir, porque aunque sean canciones tranquilas, la música me exalta y todavía me cuesta más coger el sueño. Pero si tendría que elegir alguna canción, elegiría una de Ed Sheeran. Su voz, la guitarra... Me calman. 
Es Sunburn y no es uno de sus temas muy conocidos.

 


O Sad Eyes, va. También me calma.




10. CANCIÓN QUE TE GUSTE EN SECRETO

Sinceramente, no encierro mis gustos musicales. Si una canción no es muy conocida o no acostumbra a gustar, la predico igualmente. Si a mi me ha parecido interesante, qué importa lo que digan los demás. Cada uno tiene sus gustos y esto todavía nos hace más especiales. 
Aquí pondría dos canciones que me descargué. Y no es que las escuchase en secreto, sino que poca gente se enteró de que me gustaban porque me las quedé como para mi. Fueron un capricho pasajero.

La primera es la banda sonora de una película que me gustó bastante (La familia Bélier) y estuve como una semana escuchándola rememorando la película y tal. Ahora ya ni me gusta. Pero puedo admitir que me gustó.




Y la segunda es de un grupo español que descubrí no sé como y me enganché bastante durante una semana a una de sus canciones más conocidas, Copacabana. Prácticamente nadie la conoce. La letra no está mal y todavía me gusta.




11. CANCIÓN CON LA QUE TE SIENTES IDENTIFICADA

Me siento bastante identificada con esta canción de Birdy. Y no es que me sepa muy bien la letra ni que la relacione con mi vida. Simplemente, la escuché y se me quedó. Fue como una señal. Y siempre que la oigo me parece que voy como a su ritmo. Es una sensación rara.
Creo que me identifico tanto con la letra como con el tipo de música.





12. CANCIÓN QUE ANTES TE GUSTABA Y QUE AHORA ODIAS

No hay ninguna canción que antes me gustara y ahora no. Todas las canciones que antes me encantaban, ni que ahora ya no las escuche, ni que me parezcan feas, a la Diana del pasado le gustaron y digamos que forman parte de mi "vida musical". Así que no, no odio ninguna. Pero sí que voy a nombrar a una artista. 
Miley Cyrus. 
Hace dos años me gustaba. Me gustaba hasta cuando sacó Wrecking ball
Pero ahora ya no. Creo que se está pasando. Respeto su cambio, respeto que sea como quiere ser y me parece genial que se haya sacada una máscara. Pero también hay unos límites, para mi. Aunque le tengo bastante cariño porque fue un peso importante en mi infancia, no comparto su comportamiento actual. Ha dejado de gustarme. Creo que ni su música vale nada. Quiero dejar claro que estoy hablando desde mi punto de vista y que la respeto mucho, tanto a ella como a sus fans.

Sinceramente, su nueva canción me da hasta un poco de asco.




13. CANCIÓN DE TU DISCO FAVORITO

Tengo bastantes pocos discos y el que más escucho es el Whispers de Passenger. Su tipo de música, a parte de que me gusta, me va bastante bien para trabajar. 
Así que supongo que...






14. CANCIÓN QUE PUEDES TOCAR CON ALGÚN INSTRUMENTO

Creo que podría tocar la mayoría de las canciones teniendo en cuenta que toco el piano y la guitarra y los domino bastante como para tocar algo así. No dominaré Clementi, pero hacer acordes o una melodía no muy extremadamente complicada es más fácil que tocar música clásica. Así que me doy la libertad de poner una canción que descubrí de Bon Jovi hace dos años y que me gustó bastante, así que aprendí a tocarla con la guitarra y me obsesioné bastante con esa correlación de acordes.




15. CANCIÓN QUE TE GUSTARÍA CANTAR EN PÚBLICO

Pues si supiera cantarlas, supongo que iría a por algo como...







Aunque no creo que esto pase nunca.


16. CANCIÓN QUE TE PONES PARA IR EN COCHE.

La verdad es que cuando voy en coche me gusta poner un CD o escuchar temas con un mp3 para tener una variedad de artistas más amplia y poder escuchar más estilos de música. No puedo escoger ninguna canción (además, ¿quién se pasa todo un viaje con la misma canción?), pero si tengo que elegir a alguien, escucho bastante a la Taylor Swift del pasado (antes de que se volviera comercial) y a Imagine Dragons.


17. CANCIÓN DE TU INFANCIA

La verdad es que durante mi infancia no cantaba canciones infantiles para niños. Mi madre me ponía Julieta Venegas... Y yo, emocionadísima, empecé a saberme bastantes de sus canciones. Así que me recuerdan a mi infancia y a los largos viajes donde poníamos su CD y yo todavía era muy pequeña. Pero se ve que no era la única. Media clase conocía a Julieta Venegas. No me preguntéis por qué.





También me harté de escuchar esta. Nena Daconte.

Ahora recuerdo estos dos temas con cariño. En realidad, todos los artistas que conocí de niña son artistas a los que les tengo mucho cariño. Como si siempre hubiesen formado parte de mi . 


18. CANCIÓN QUE NADIE ESPERA QUE TE GUSTE

Sinceramente, a la gente le sorprende que yo escuche y siente una gran devoción por Green Day. Mis padres están hartos. No entienden como me siento yo con los primeros acordes de Holiday, por ejemplo. Y, principalmente, a la gente le parece raro que me guste el rock. Creo que no me pega. Qué le vamos a hacer.



Y lo mismo me pasa con Rolling Stones. O Arctic Monkeys (hasta tengo la camiseta).

Y pasé un tiempo obsesionada con la letra de esta canción que suena tan triste y que te rompe el alma.




19. CANCIÓN QUE QUIERES QUE SUENE EN TU FUNERAL

Vaya. Qué tipo de pregunta es esta... 
Dios, que es muy tétrico esto. A quien se le acudió esta genial categoría.
Vamos a responder...



Estaría bien que sonase esta canción de fondo y que alguien, mientras, recitase algún texto. 
River flows in you fue una de las primeras canciones que aprendí a tocar al piano, hace ya muchos años, de la que me enamoré y que todavía no he olvidado. Le tengo mucho cariño.


20. CANCIÓN QUE QUIERES QUE SUENE EN TU BODA

De momento, creo que no tengo mucha intención de casarme porque no me acaba de convencer el concepto de matrimonio. Pero, si algún día llego a casarme, yo sería muy feliz con algo que saliese de la dulce voz de Frank Sinatra.






Es fantástico.


Al fin puedo decir fin. ¿Coincidís conmigo con algunas de las categorías? Podéis coger el TAG y hacerlo en vuestros blogs, si queréis. Es gratis.


Me temo que poca gente conseguirá llegar hasta aquí. Es una entrada bastante larga...

Bueno, os dejo unas imágenes que me hicieron pensar bastante sobre la sociedad y la mierda de distribución del mundo en que vivimos.
Son de un artista llamado Pawel Kuczynski. Recomiendo miraros detenidamente las imágenes y así extraerles un qué. Están todas bastante bien trabajadas. 

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Si no entendéis alguna, puedo explicárosla en los comentarios.

Os desea unas felices fiestas,
Diana.

(quería hablaros sobre mis 4 reglas de la felicidad, pero las veremos en la próxima entrada, que sino esto se hace demasiado largo...)