viernes, 1 de mayo de 2015

GRACIAS, POR NO HACER QUE ME ARREPIENTA

Imagino que hay veces en la vida 
en que el deseo nubla los sentidos
y apetece fundir dos soledades
en una sola y construir el mundo
desde el principio, como si la historia
no contase y el tiempo y el espacio
no estuviesen ahí.



Un álbum de cromos inacabado.
El gol que nunca marcó Pelé.
Una noche de ensueño que acaba
sin un te llamaré.
La flor exacta de un cactus.
Mirar el mar a través del cristal.
Que coincidan con el tuyo cuatro
de los cinco números de la lotería.
Una playa artificial.
Escribir la palabra todo
y tirar de la cadena para que al final
nos quedara la palabra casi.
En eso consistió nuestra historia.

MARWAN.




Ahora que lo pienso, que puedo acariciar el recuerdo de la duda, he llegado a una conclusión de la que he tardado años en darme cuenta.
Es demasiado simple, pero la hacemos muy complicada.

QUE NO ME ARREPIENTO DE NADA.

En realidad, me alegro de todo aquello que he hecho.

No ha sido fácil, y el camino que me espera tampoco lo será. 
Lo sé.
La vida es dura, y no podemos hacer nada más salvo abrir nuestros paraguas e intentar que la lluvia no tiña aún más los colores.

Pero estoy orgullosa de ser quien soy y de haber llegado hasta aquí. 
De poder estar escribiendo estas palabras ahora mismo, aunque esto solo me suponga una satisfacción personal infinita. 

Y DEBO ESTAR AGRADECIDA.

No sé si al mundo, a la vida o a yo misma.
Al fin y al cabo, aquí abajo estamos totalmente solos.

Pero doy las gracias. Por existir. Por poder disfrutar del placer de vivir. Por despertarme todas las mañanas.
Y ahora que tengo ganas de cantar melodías alegres y de bailar como las hojas en el viento, no voy a dejar que la oportunidad se me escurra de entre las manos (como siempre me pasa).

Me he pasado parte de mi vida intentando definirla, dándole una forma que no tenía. Pero al final, ha sido la vida quien me ha acabado definiendo a mi. 
Y es que yo soy mi vida.


Doy las gracias por ser quien soy.
Aunque me deteste inmensamente y aunque a veces solo quisiese abandonar mi cuerpo, mi personalidad y todo lo que soy para dejar que el aire se lleve toda mi esencia.
Pero creo que, en el fondo, muy en el fondo, quiero ser yo. Con todo lo que esto conlleva. Como, por ejemplo, sentir compasión hasta para una hormiga y querer ayudar y complacer a la gente, aunque ellos no lo hagan nunca. O tener charlas interesantes con A.

Me gustaría, en un futuro, aprender a amar mis imperfecciones. Y sé cuanto me costara esto, pero no voy a rendirme. Esta batalla tiene algo de adictivo y emocionante. 

Y es que si ahora me dieran una antología sobre mi vida, no leería la última página. 
Prefiero este desconcierto continuo en que los imprevistos alimentan mis emociones. 
Me encanta la incertidumbre de no saber qué pasara y, aún así, seguir en pie. 
Luchando por una vida. Encontrando mi Gran Quizá. Buscándome.


✌

Para que nada nos separe, que no nos una nada.

PABLO NERUDA.

¿Qué porqué hoy me he dado cuenta, al fin, de que vivir es un placer?
Bueno, ya llevaba varios días jugando con el destino y viviendo sin preocuparme.
No sirve absolutamente de nada hacerlo.

Pero hoy ha sido el paso definitivo (el que me ha transportado a la verdad).
Eran las doce de la mañana, creo. La amiga de mi hermana estaba con ella en su habitación, y el eco de sus palabras llegaba a mis oídos.

En ese preciso instante he tenido muchas ganas de ser devorada por la vida y, como hago siempre que mi euforia sube de nivel, me he colocado delante el piano y he dejado que mis manos acariciasen las teclas. He pensado en ese pasaje que me gusta tanto de aquella canción que me sé de memoria, y he empezado a tocarlo. He cerrado los ojos y he dejado que la música me embriagase mientras subía la velocidad de la melodía.

He abierto los ojos al cabo de unos cinco minutos.

Solo he visto unos escurridizos fulgores color malva; mis dedos se movían demasiado rápido entre las teclas del piano. Estaba tocando el la cuando aún no lo había procesado. Y, de repente, me he sentido muy grande. Inmensa. Insignificante, sí, pero gigantesca dentro de mi infinidad. 

Y he observado a mi alrededor. Arriba del piano hay un cuadro gris y granate que yo misma compré para colgarlo en la pared de enfrente del que sería mi instrumento favorito. A la derecha hay la caja que contenía mi bicicleta y que tanto mi padre como yo nos negamos a tirar; esa caja que contiene recuerdos y emociones, esa caja que tantas veces he usado como trampilla para que así nadie pudiese entrar en el comedor mientras yo tocaba.

Y me he girado y he visto ese otro cuadro abstracto que yo creo que representa un árbol y un colibrí. Y he visto también todos los muebles granates y esos dos sofás del mismo color. Y una mesa roja.
Las plantas que mi padre tiene allí, en medio del comedor, y que después utiliza para hacer zumos naturales. Un puñado de rosas del jueves pasado que todavía no se habían marchitado. Cuadros: de yo, de mi hermana, de mis primos... Y un balcón. 

Entonces, he parado de tocar inmediatamente. Ha pasado algo. Como si mi corazón se estuviese desbordando de felicidad y sentimiento, y me he dirigido rápidamente al balcón; he salido a la calle y los rayos de sol me han cejado durante unos instantes. Más tarde he entendido que se trataba del sol de la vida. 

En ese momento me he sentido tan sumamente bien y libre, que he decidido que así quería sentirme el resto de mi vida. 
Hoy cumplo años. Pero no físicamente. 
No.
Mi alma se hace grande.

Sigo siendo la misma. Las palabras me seguirán doliendo y el dolor continuará matándome. 
Pero, al menos, si la tristeza acaba ganando la partida, quiero morir luchando. 
Hoy he decidido que deseo ser feliz.




vintage | Tumblr

Llámame esta noche
pero asegúrate
de una sola
cosa: cuando
lo hagas,
procura
que yo tenga el 
teléfono
apagado.
La suerte
nunca
respondió a nuestra
llamada,
y tu ya sabes
donde encontrarme
(principalmente,
dentro de tu 
sonrisa).



so pretty

Llegado el momento fulminante en que me doy cuenta de que mi existencia se basa, principalmente, en la tuya y reconociendo, al fin, que todo lo que hago lo hago con tu imagen dentro de mi cabeza y tu sonrisa entre mis manos, llegado ese preciso y resbaladizo momento, empiezo a vivir para mí. Y entonces me doy cuenta de la realidad: que somos dos personas completamente distintas que, en algún momento de sus vidas, sus caminos se encontraron. Durante unos ínfimos segundos maravillosos que pasaron cual los párpados de una ninfa. Y después nos separamos, tu y yo. Quizá en contra de nuestro voluntad, pero las circunstancias nos pedían a gritos un punto y a parte anuestra relación. Una relación que mi corazón todavía no da por acabada, pero el tuyo sí. Y es aquí cuando yo decido, aunque me duela, dejarte ir. Para siempre. Nuestros caminos nunca se volverán a cruzar y te puedo asegurar con total seguridad que olvidarte será una tarea complicada (pero me queda el recuerdo de que si tu pudiste hacerlo, yo también soy capaz de conseguirlo. tiempo al tiempo).

¿Y si paramos de jugar a querernos tanto
y empezamos a querernos bien?

Te tengo mucho cariño. 
Más que a la mayoría, y no te lo mereces. Pero es lo que yo siento, y no puedo luchar contra la fuerza infinita de un corazón que ama.
Y es por esto que me duele confesar que no, que no confío en ti más de lo que me fiaría de alguien que me estuviese apuntando a la cabeza con una pistola cargada.
Te recuerdo que tu apretaste el gatillo más de cinco veces, así que no te quedan excusas. No ahora.

Y me duele cada palabra que dices porque no te creo, y nunca lo he hecho. Te has encargado de secarme gota a gota, y a pesar de todo, has conseguido hacer una cosa: que te quiera. Has roto todas mis expectativas y te has caído solo del pedestal en el que te puse. Te han bastado un par de mentiras y una actitud un tanto desagradable.

Pero debo reconocer que siempre has sabido cómo arreglarlo. Y esto no está bien, porque entonces me engañabas pero yo, maldita sea, me lo creía. Porque nadie me había demostrado tanto en tan poco tiempo como tú, que me has hecho eternamente feliz durante algunos momentos y que me has demostrado que tal vez no eres perfecto, pero que no quieres hacerme daño. No en realidad. Pero tu espada te desobedece de tan en cuando y tu coraza no puede hacer nada al respeto.

Creo que voy a intentar quedarme con las pocas cosas buenas que esta relación ha traído consigo.

Pero lo siento. Siento todo lo que pudo ser y que no será. Supongo que me alegro por no haber llegado a sentir más de la cuenta.
Ya anidan las gaviotas en los abrazos que no nos dimos y que nunca nos daremos. Y se congela el tiempo, igual que mis sentimientos.

Pasan los días, y no encuentra el valor para marcharme (o no lo encuentro para decirte que me marcho).

Y es que tengo miedo, mucho miedo de mirarte a los ojos y confundir lo que siento... Y entonces me pedirás a gritos que me quede, y ya no me atreveré a partir.

Fashionality - Fashion Illustrations | via Tumblr

Y ahora tengo que escribiros un poema de Charles Bukowski que me ha enamorado totalmente.
Más de lo usual en él, vamos.

GENTE CUAL FLORES
qué cantos se oyen en las
calles;
la gente parece flores
al fin

la policía ha entregado las 
placas
el ejército ha hecho trizas los uniformes y
las armas. ya no hay necesidad de
cárceles ni periódicos, manicomios ni
cerraduras en las puertas.

una mujer entra a toda prisa por mi puerta
¡TÓMAME!¡ÁMAME!,
grita.

es preciosa cómo un puro después de comerse un bistec. la
tomo.

pero cuando se marcha
me siento raro
cierro la puerta
voy a la mesa y saco la pistola
del cajón. tiene su propio sentido del
amor.
¡AMOR!¡AMOR!¡AMOR!, canta la muchedumbre en las 
calles.

atravieso el vidrio de la ventana
de un balazo y me corto la cara y los brazos. le doy a un chaval de 12 años
un viejo con barba
y una hermosa jovencita que parece algo así como una 
lila.

la muchedumbre deja de cantar para
mirarme.
me quedo delante de la ventana rota
con sangre en la
cara.

-¡esto -les grito-, es en defensa de la
pobreza del individuo y en defensa de la libertad,
no del amor! 

-dejadle en paz -dice alguien-, está
loco, ha llevado la mala vida durante
demasiado tiempo.

voy a la cocina
me siento y me sirvo
un whisky.

decido que la única definición de
Verdad (que cambia)
es que es esa cosa o acto o
creencia que rechaza
la muchedumbre.

alguien llama a mi
puerta. es la misma mujer otra vez.
es tan hermosa como encontrar una 
rolliza rana verde en el 
jardín.

tengo 2 balas y
uso las
dos.

no hay nada en el aire salvo
nubes. no hay nada en el aire
salvo lluvia, la vida de cada cual es muy corta para
encontrar significado y
todos los libros casi un
desperdicio.

me siento y los escucho
cantar
me siento y
los escucho.


●●


(los primeros párrafos de esta entrada los escribí cuando eran las dos del mediodía, ahora es de noche, y me odio. pero las charlas con A continúan siendo interesantes. si es que al final tendremos que empezar a confiar en las personas. al fin y al cabo, vivimos para eso. pero no nos ha servido de nada confiar en la gente o el amor. ¿y si confiamos en nosotros mismos?).

Aún así, continuo siendo feliz.
Y os quiero.
Mucho.