jueves, 30 de julio de 2015

pues no, no quiero que sea mañana. quiero que sea hoy, necesito que sea hoy.

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En mis cuadernos de escolar 
en mi pupitre en los árboles 
en la arena y en la nieve 
escribo tu nombre.

En las páginas leídas 
en las páginas vírgenes 
en la piedra la sangre y las cenizas 
escribo tu nombre.

En las imágenes doradas 
en las armas del soldado 
en la corona de los reyes 
escribo tu nombre.

En la selva y el desierto 
en los nidos en las emboscadas 
en el eco de mi infancia 
escribo tu nombre.

En las maravillas nocturnas 
en el pan blanco cotidiano 
en las estaciones enamoradas 
escribo tu nombre.

En mis trapos azules 
en el estanque de sol enmohecido 
en el lago de viviente lunas 
escribo tu nombre.

En los campos en el horizonte 
en las alas de los pájaros 
en el molino de las sombras 
escribo tu nombre.

En cada suspiro de la aurora 
en el mar en los barcos 
en la montaña desafiante 
escribo tu nombre.

En la espuma de las nubes 
en el sudor de las tempestades 
en la lluvia menuda y fatigante 
escribo tu nombre.

En las formas resplandecientes 
en las campanas de colores 
en la verdad física. 
escribo tu nombre.

En los senderos despiertos 
en los caminos desplegados 
en las plazas desbordantes 
escribo tu nombre.

En la lámpara que se enciende 
en la lámpara que se extingue 
en la casa de mis hermanos 
escribo tu nombre.

En el fruto en dos cortado 
en el espejo de mi cuarto 
en la concha vacía de mi lecho 
escribo tu nombre.

En mi perro glotón y tierno 
en sus orejas levantadas 
en su patita coja 
escribo tu nombre.

En el quicio de mi puerta 
en los objetos familiares 
en la llama de fuego bendecida 
escribo tu nombre.

En la carne que me es dada 
en la frente de mis amigos 
en cada mano que se tiende 
escribo tu nombre.

En la vitrina de las sorpresas 
en los labios displicentes 
más allá del silencio 
escribo tu nombre.

En mis refugios destruidos 
en mis faros sin luz 
en el muro de mi tedio 
escribo tu nombre.

En la ausencia sin deseo 
en la soledad desnuda 
en las escalinatas de la muerte 
escribo tu nombre.

En la salud reencontrada 
en el riesgo desaparecido 
en la esperanza sin recuerdo 
escribo tu nombre.


Y por el poder de una palabra 
vuelvo a vivir 
nací para conocerte 
para cantarte, 
Libertad.


Paul Eluard.




Si pudiera ser la misma de antes
y amarte más que antes
si pudiera retrocedir en la película
y cortar todos los cientos de errores cometidos

si pudiera hacer tantas cosas
tan sólo abrazarte
deslizar mis manos por tu espalda

no estaría aquí
sentada
tratando de tragar
todos los recuerdos.




De día estoy bien. En algun momento caigo, lloro y me cubro en llantos, pero entonces salgo y me compro helados de chocolate y hago como si nada de lo que me pasa existiera. Y voy a ver películas de risa al cine e intento leer poco y pensar poco, porque tanto lo uno como lo otro me entristece. Esos momentos no son reales.
Pero entonces llega la noche y todo el Imperio de arena se desmorona sobre sus cenizas. Se paran los relojes y el tiempo no avanza: mi mundo se cae. Es tan frágil que da miedo. Y entonces llegan los pensamientos, las culpas, el no querer y el no saber, las cerraduras en las puertas, las cortas canciones de J., las comparaciones con otra gente que también está sufriendo (cuando yo soy la primera que sabe que el dolor no puede compararse, pero el mero hecho de creer que, en alguna parte del mundo, alguien lo está pasando peor que yo, me ayuda), las series malas y un puñado de recuerdos que florecen en mi cabeza.
Mi padre me dijo una vez que el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional. Pues bueno, me gustaría decir que no sufro, pero lo hago.
Y lo siento, C., porque sé que leerás esto. Siento no poder prometerte que no volveré a hacerlo nunca más, porque no puedo. Es algo que necesito. Tampoco necesito ayuda, aunque te lo agradezco todo. Si somos sinceros... A la hora de la verdad no estarás allá para impedirlo.
Tantas penas también me purifican. He decidido que voy a ser humilde y alegre, porque de esto sí que no voy a morir. Quiero ser bondadosa y que la gente se siente orgullosa de mí. Porque estoy harta. Harta de que todo el mundo opine, de que critiquen, de que me cuestionen, de que me provoquen, de que no me dejen vivir en paz. Ells no saben lo que se me cruza por la cabeza a cada segundo.
Pero no debo engañarme: las verdaderas barreras me las pongo yo. Y aunque quiera mejorar, algo tengo claro: no volveré a relacionarme con todas aquellas personas que en un pasado me hicieron daño y que saben más de mí de lo que deberían.
Dejaré las estupideces y perseguiré de una vez por todas quien soy y donde quiero llegar.
De una vez por todas.

Car

Al damunt de tot hi veiem les fulles que han caigut fa poc. Enyorades encara de la seva vida lluminosa dalt de l'arbre, ploren minúscules gotes d'aigua que, de matinada, es gebraran. El gebre els recorda als núvols que contemplaven, i glaça el seu present. Ploren. Encara ploren.
Si accedim a la segona capa de fulles, però, trobarem una vida més càlida. A recer del fred de la intempèrie, la tebior d'aquests estrats ha propiciat l'aparició dels records. Treballen, treballen tot el dia: guarden gotes de rosada, foraden fulles i espanten l'absència. Riuen sovint i es persegueixen els uns als altres amb petits xisclets enjogassats. 
A la capa de sota la calidesa és tanta que les fulles emanen un delicat vapor d'aigua. Allà habiten les il·lusions: arrodonides, pacífiques, amb ornaments semblants als dels instruments de corda i amb cossos de núvols de cotó ensucrats. S'ajuntes sovint per escoltar les més sàvies d'elles o les que, endutes per un vent poderós, han arribat de països llunyans. 
Més avall encara, les fulles s'han tornat de vellut. Les seves nervadures s'han suavitzat. S'han emmotllat a la dolçor del pas del temps. S'anomenen somnis. Estimen les fulles gastades del seu petit univers, contemplen la vida i reciten uns poemes infinits que recorden enormement al so d'un rierol. Indiferents a la resta del món, abracen sovint la matèria que els envolta: són feliços. Volen fondre's. Fondre's amb les primeres fulles que van caure, amb la terra i l'aigua i els cucs. Tornar-se arrel i aliment per a les estranyes criatures ambulants. Saben que desapareixeran. Volen collir el regal del dia, que té la forma del cor d'una fulla.

I fins aquí he arribat.  

4 comentarios:

Leo todos los comentarios e intento responder a todos los que puedo.
Gracias por pasar un poco de tu tiempo aquí. Lo valoro mucho.
Si quieres dejarme tu blog estaré encantada de echarle un vistazo.

Con cariño,
Diana.